domingo, 20 de enero de 2008

Descansando en Trafalgar Square: The Chandos


29, St. Martins Lane, London, WC2N 4ER

Aunque Londres originalmente se desarrolló en la City, lo cierto es que buena parte de los atractivos turísticos de la ciudad, al menos en una primera visita, se encuentran más hacia el oeste, tanto en el west end (Picadilly, Leicester Square, Covent Garden, el soho y chinatown) como en Westminster (St James y el parlamento) e incluso en los museos de South Kensigston. Es por ello por lo que, en el centro de todo este maremagno de sitios por fotografiar, Trafalgar Square puede ser considerado como el vértice del "Londres turístico", al menos como yo lo veo... afortunadamente, esto no repercute necesariamente en la calidad de los pubs que hay por la zona, ni tampoco en los precios. A diferencia de otros pubs notablemente caros y que ya han tenido su entrada en pintofcarlingplease (el dickens inn o el founder arms), los pubs que hay en torno a Trafalgar tienen precios bastante razonables y, aunque no son especialmente vistosos, cumplen en general con notable. Entre ellos, mi favorito es The Chandos.

The Chandos es probablemente el pub de londres en el que más veces haya entrado, seis o siete. Se entiende fácilmente por qué: tanto cuando hacía yo turismo como cuando después ha venido gente a verme o he ido yo a ver a mi hermano con alguien que no conocía Londres, Trafalgar es una parada inevitable. Y como normalmente está a medio camino de todo, ya sea viniendo de Westminster o viniendo de Covent, la sed suele apretar a estas alturas... como dijo Pedro, para subirse a esos leones (los de Trafalgar, debajo de Nelson) hace falta un par de pintas. Dicho y hecho.

El pub es un Samuel Smiths pub, esto es, pertenece a una especie de cadena de 35 pubs en todo el Reino Unido que se caracteriza porque cada uno de ellos es de su padre y de su madre, con su decoración distinta, su tipo de gente distinta y sus propios precios... vamos, que lo único que tienen en común es el propietario final (la propia brewery) y, obviamente, la cerveza... Samuel Smiths, claro. Samuel Smiths es una brewery fundada en 1847 sobre otra anterior de 1758 por un carnicero (que, casualmente, se llamaba Samuel y se apellidaba Smith) en Tadcaster, Yorkshire. Las cervezas que tienen el gusto de fabricar en la actualidad son las siguientes:



Old Brewery Bitter English Bitter 4.0%
Old Brewery Pale Ale English Pale Ale 5.0%
Yorkshire English Bitter 3.8%
Organically Produced Ale English Pale Ale 5.0%
Taddy Porter English Porter 5.0%
Winter Welcome Ale Winter Warmer 6.0%
Extra Stout Dry Stout 4.5%
Imperial Stout Russian Imperial Stout 7.0%
India Ale India Pale Ale (IPA) 5.0%
Nut Brown Ale Brown Ale 5.0%
Oatmeal Stout Oatmeal Stout 5.0%
Organically Produced Lager European Pale Lager 5.0%
Alpine Lager (formerly Ayingerbrau Lager) European Pale Lager 4.5%
Pure Brewed Lager European Pale Lager 5.0%
Cider Reserve Dry Cider 5.2%
Organic Cider Cider 5.0%
Wheat Beer (formerly Ayingerbrau Hefe Weiss) Wheat Beer 5.0%
Sovereign Bitter English Bitter 4.1%
Dark Mild Mild Ale 3.7%
Taddy Lager European Pale Lager 3.7%
Organic Cherry Fruit Beer Fruit beer 5.1%

¿Cuales deberíamos probar en The Chandos? Sin lugar la Imperial Stout (ya la debieramos haber probado en el Cheshire a estas alturas) y la Old Brewery Bitter, típica premium ale. Si somos de gustos más "europeos", la Alpine Lager es poco más o menos del estilo de la Heineken (para los que le guste la gaseosa, está muy bien).

Volviendo al pub, The Chandos, que, además de por la cerveza Samuel Smiths (y por los precios a los que cobran la misma, que como siempre son muy ajustados), se caracteriza por ser un sitio especialmente agradable. Decorado en madera, y con dos plantas, la de arriba es quizá demasiado tranquila para mi gusto, por lo que recomiendo quedarse en la de abajo. Los camareros son muy majetes, y eso a pesar de que el sitio suele estar bastante atestado de gente, por lo que puede ser complicado coger sitio para sentarse. De hecho, a partir de las cinco de la tarde, cuando la gente empieza a salir de trabajar, se suele llenar de lo lindo, y, como además es un sitio típico para tomarla antes de salir de copas, lo cierto es que lo ideal es acercarse por allí poco antes o poco después de comer.

Respecto al tipo de gente, depende mucho de a qué hora vayamos. Si vamos por la mañana o a primera hora de la tarde, habrá poca gente y mayoritariamente turistas. Si vamos algo más tarde los turistas estarán haciendo fotos en el soho o en Leicester, y lo que encontraremos aquí será gente de 25-35 años tomando Samuel como si se fuese a acabar el mundo al día siguiente. Y eso que no hay música, ni siquiera juke box, por problema de licencias. Y comida... sinceramente, no sé si sirven o no. Y, ahora que lo pienso, quizá debiera comprobarlo... toda escusa es buena para llenarle la cartera al señor Easyjet :D.

Concluyendo: un pub agradable, en un sitio turístico como pocos pero con cerveza poco turística y precios populares, en el que merece la pena hacer una paradinha según estamos haciendo turismo masoquista por Londres. Chaparro, Pedro, mi hermano y yo dimos fe, hace ya unos añitos...

jueves, 10 de enero de 2008

Junto al Támesis en Greenwich: The Trafalgar Tavern


6 Park Row, Greenwich, London, SE10 9NW

Uno de los motivos por los que Londres es realmente un sitio mágico es por su enorme diversidad. Y Greenwich es uno de los ejemplos más representativos de ello.

Para llegar a Greenwich desde, pongamos Trafalgar Square, atravesamos buena parte del West End, con sus teatros y tiendas, la City, con sus empresas y maravillosos pubs, parte del East End y su decadencia, Canary Wharf y sus rascacielos y horarios de infierno, y, finalmente, llegamos a este pequeño remanso de paz al sur de Támesis. Un pueblo en origen independiente de Londres, aunque ahora administrativamente esté absorvido por la gran ciudad, cuenta con alguno de los monumentos y sitios más pintorescos de toda la ciudad: el Cutty Shark (o lo que queda de él, tras el incendio), que fue el barco más rápido de su tiempo en el siglo XIX y que se usaba para traer té de China; el museo Naval de Londres (teniendo en cuenta la tradición náutica de este país, no hace falta que indique lo potente que llega a ser), o, cómo no, el famoso observatorio y el meridiano al que da nombre, reclamo turístico como pocos. Además de todo ello, sábados y domingos podemos ir al Greenwich Market, que es el, al menos para mí, mejor mercado de artesanía de toda la ciudad (le da mil vueltas a Portobello, no en cantidad pero sí en calidad), dar un paseo por el maravilloso parque o, por qué no, meternos en alguno de sus magníficos pubs. Por ejemplo, en The TrafalgarTavern (no funciona aún su web pero funcionará...).

La primera ventaja del sitio es que, al no estar justo en el centro en la zona del Cutty Shark, suele (bueno, decir suele quizá sea pretencioso, ya que sólo he estado en un par de ocasiones) estar bastante menos lleno de lo que sería esperable. Se encuentra justo al lado del río, hasta el punto de que los cimientos se sumergen en él cual palacete veneciano… y hasta ahí las similitudes, porque el edificio, desde el punto de vista arquitectónico, tampoco se puede decir que dé demasiado de sí, la verdad sea dicha.

El pub, sólo moderadamente antiguo para estar en Greenwich (1837) es uno de estos con historia “literaria” a cuestas. Por lo visto Dickens se tomó allí unas cuantas pintas mientras escribió Nuestro Mútuo Amigo (no lo he leído, pero por lo visto un capítulo se desarrolla en el pub). También era famoso en su primera época por acoger a numerosos parlamentarios (MPs) liberales, mientras que en otro cercano de la competencia que ya no existe se juntaban los tories. Después fue un instituto de pescadores y pisos, hasta que en 1965 fue restaurado de nuevo en el pub al que podemos ir a día de hoy.

¿Y qué es a día de hoy? Pues un pub muy agradable, ligeramente más caro de lo normal, en el que si tenemos suerte de coger una mesa en el lateral que da al río podemos disfrutar de unas cuantas (muchas) pintas de lo más agradablemente posible. Como fui un gañán y tomé Carling no puedo opinar sobre la calidad de la cerveza (Carling is Carling), aunque disponían de cerveza de una brewery bastante habitual en Greenwich (que no en ningún otro sitio que yo conozca), Nelson’s, y dentro de ella, de una cerveza que por lo visto es poco habitual, Cat O'Nine Tails. Ni idea de a qué sabrá (aquí si lo saben), pero seguro que muy rica.

Respecto a la comida, no tuve la oportunidad de probarla, aunque lo elegante es comer en el restaurante anexo al pub (al pub se le llama Duncan Bar), dentro del mismo edificio (la Collingwook Room). Es bastante conocido por la calidad del pescado, por lo visto de las mejorcitas de Londres (en la escala de precios en la que nos movemos, claro está) y por la presentación de los platos. En cualquier caso, los precios (sí miré la carta, y precisamente por eso no comí allí) estaban por encima de la media (plato + pinta en torno a las 18-20 libras), así que sólo parece recomendable para homenajes guiris elegantes.


En resumidas cuentas: un pub algo turístico (qué esperas, es Greenwich!!), con unas vistas al río y a la Isle of the Dogs (Canary Wharf) difícilmente superables, una gama de cervezas amplia, exótica y a un precio alto pero no excesivo y una comida por lo visto mucho mejor de la media y un precio bastante por encima de la media también. Muy recomendable.

sábado, 5 de enero de 2008

Wetherspoon: llegan a Londres los chiquiprecios!

Una de las cosas que más me gustó la primera vez que estuve en Inglaterra fuera de Londres, en Hastings (al sur, donde tuvo lugar la famosa batalla en 1066), hace ya siete añitos largos, fue el centro de los pueblos o ciudades pequeñas. Con sus iglesias, a cual más chula, sus calles peatonales, su marabunta de gente de compras, sus pubs… sin embargo, cuando uno visita varias ciudades de este tipo, hay algo que le llama la atención: todos, y digo absolutamente todos, los “town centre” son prácticamente idénticos. Aparte de por el nombre de las calles (Broad Street, High Street, Market Street, Friar Street, Oxford Street… probad a mirar cualquier mapa y veréis que siempre están juntas, en el centro), esto se debe fundamentalmente a la profusión de cadenas de tiendas que son siempre las mismas en todo el Reino Unido. Esto, que desgraciadamente está empezando también a suceder en España, es seguramente lo que menos me gusta de aquel país. Starbucks, Woolworths, Costa Café, Next, Zara, House of Frasier, Tesco, Subway, Eat, Pret a manger… exactamente las mismas en todos los sitios. Igual aplica a los sitios para salir de copas, prácticamente todos pertenecen a alguna cadena (posiblemente pintofcarlingplease se sumerja pronto también en el mundo del clubbing, pero eso es otra historia…): Po na na, Revolutions, Bar Risa, Pitcher&Piano, Ice Club, Bar Med, Fez, etc etc etc.










En lo que refiere a los pubs, y aunque no de forma tan exagerada, lo cierto es que en los últimos veinte años han empezado también a proliferar las cadenas de pubs, con las ventajas y, obvias, desventajas que esto conlleva. Independientemente de que analice algún día alguno de sus pubs en concreto, la primera entrada a este respecto la quiero dedicar a la cadena de las cadenas: Wetherspoons.

Dependiendo de a quién le preguntes, un J.D. Wetherspoons (JDW) puede ser visto como el Paraíso o como el Infierno. Los creadores de la cadena de 683 pubs en UK tenían como objetivo crear locales que fuesen muy baratos (JDW compite en precios, sin lugar a dudas) pero que sin embargo fuesen agradables y bonitos. De hecho, los JDW tratan de ajustarse lo mejor posible a lo que planteó George Orwell (sí, el de 1984) en un artículo en el Evening Standard en 1946 llamado The moon under water, en el que describía cómo debía de ser, según él, un pub perfecto. Se puede resumir en 10 tips:

1. The pub's architecture and fittings must be uncompromisingly Victorian.

2. Games, such as darts, are only played in the public part of the bar; the saloon bar, ladies' bar, bottle-and-jug bar, and upstairs dining room.


3. The pub is quiet enough to talk, with the house possessing neither a radio nor a piano.


4. The barmaids know the customers by name and take an interest in everyone.


5. It sells tobacco and cigarettes, aspirins and stamps, and lets you use the phone.


6. There is a snack counter where you can get liver-sausage sandwiches, mussels (a specialty of the house), cheese, pickles and [...] large biscuits with caraway seeds.


7. Upstairs, six days a week, you can get a good, solid lunch -- for example, a cut off the joint, two vegetables and boiled jam roll -- for about three shillings.


8. [...] draught stout with it [...] It is a creamy sort of stout, and it goes better in a pewter pot.


9. They are particular about their drinking vessels at "The Moon Under Water" and never, for example, make the mistake of serving a pint of beer in a handleless glass. Apart from glass and pewter mugs, they have some of those pleasant strawberry-pink china ones.


10. [...] You go through a narrow passage leading out of the saloon, and find yourself in a fairly large garden.

Así, los JDW no tienen música (más que para hacerlos más cómodos, para ahorrarse las licencias), suelen ser silenciosos (siempre y cuando no vayas un fin de semana por la noche) y sirven comidas (aunque de mala calidad). Otros de los puntos de Orwell, como que los barman conozcan los nombres de los clientes o que vendan tabaco y aspirinas son evidentemente ciencia ficción, pero sí que es cierto que algunos se caracterizan por su arquitectura victoriana, como el Back of Beyond... ;D

Bien, todo esto es la teoría, y suena bastante bien. ¿En la práctica? Bueno, cada JDW es un mundo, pero sí que hay una serie de aspectos que me llaman la atención.

En primer lugar, los precios. Salvando alguna otra cadena como Scream con tarjeta de socio, efectivamente tienen los mejores precios, y, de hecho, algunas ofertas (como la Guinness de los lunes) suelen ser espectaculares, tanto en bebidas como en comidas. Sin embargo, hay que establecer una diferencia fundamental entre ambos: mientras que las cervezas están siempre en perfecto estado, la calidad de la comida deja muy mucho que desear. Claro, que con ofertas como el beer&burguer por cinco libras, difícil es resistirse, por mala que esté la muy puñetera… en cualquier caso, y aunque depende del cocinero, recomiendo la lasaña, que es lo más digerible de todo lo que ofrecen en la carta.

Las cervezas es otro cantar. No es sólo que sean baratas, es que tienen una variedad encomiable: siempre un mínimo de doce grifos distintos, entre los que suelen tener cuatro o cinco ales de las conocidas (Abbots, Bombardier, Spitfire, etc.) y otras tres o cuatro real ales, esto es, cervezas locales de estas que se sirven con una bomba de presión, ya que van desprovistas de botella de anhídrido carbónico para hacer la espuma (un listado con algunas de las que podemos encontrar en esta cadena de pubs aquí). Estas últimas, como ya he dicho en alguna otra ocasión, tienen poco gas, son bastante tibias y las recomiendo sólo para el que ya le haya cogido el gusto a las bitter más estándar… en fin, que las cervezas, por su calidad, variedad y precio, son sin lugar a dudas el mejor motivo para meterse en un JDW. Aparte de la certificación "Cask Marque", que garantiza que las ale son servidas en las condiciones óptimas.

Aparte de la comida, otra cosa que no me gusta en absoluto de esta cadena es que, visto uno, vistos todos. Aunque no sean iguales, lo cierto es que prima un poco el efecto Mc Donald’s: da la impresión de que ya hemos estado allí antes… y eso es algo bastante deprimente, no sólo porque parece que estás siempre en el mismo pub, sino por que, de consolidarse el concepto, acabaría con la riqueza y variedad de los pubs, que es de las poquitas cosas realmente genuinas que les queda a ese país.


¿Otra cosa que no me gusta? La lentitud en servirte, ya sea porque hay pocos camareros, ya sea porque son muy lentos, ya sea (lo más habitual) por las dos cosas a la vez. Un fin de semana en el que tengamos la mala suerte de que les falle un camarero podemos tranquilamente estar media hora esperando para pedir… lo cual es lamentable, sobre todo si tenemos en cuenta que a un sitio tan barato se suele ir a beber.

¿Y otra cosa mala? Pues que como los precios son tan baratos, la parroquia que lo frecuenta suele ser variopinta y no especialmente recomendable: mucho viejo alcohólico, mucho “goblin”, bastante hooligan… lo mejorcito de cada casa.

Los JDW en los que he tenido la suerte (o no) de estar:

Back of Beyond (Reading) – muy recomendable, tranquilo
Monks Retreat (Reading) – medio, para salir de fiesta los fines de semana
The hope tap (Reading) – recomendable, mezcla de los dos anteriores
The Knights Templar (Londres) – horrible lo que han hecho con el edificio
The Moon Under the Water (Londres) – recomendable
The Lord Moon of the Mall (Lodres) – normalito
The Gate Clock (Londres - Greenwich) – la peor comida ever
Hunters Hall (Galashields, Escocia) - estándar

De ellos, el Back of Beyond es probablemente el mejor exponente que he conocido de la cadena, y el The Knights Templar, que está al ladito del Old Bank of England, muestra en qué puede llegar a convertirse…Y sin embargo… la de horas que me habré pasado en el Back of o en el Monks… porque no nos engañemos, el sitio es inmejorable para hacer la primera el viernes noche o el sábado noche: cheep booze&chicks (sí, los pivones que se suele encontrar uno en estos sitios, sobre todo fuera de Londres, suelen ser de aupa, y además sabes que si están allí es porque se quieren poner hasta las cejas de alcohol). Cerveza y copas ricas y baratas, es lo que ofrecen… que tampoco es ninguna tontería!!

jueves, 3 de enero de 2008

The old bank of England: un palacio en Fleet Street


194, Fleet St, London, EC4A 2LT

Si estamos en el Cheshire y somos capaces de aguantarnos las ganas que inevitablemente nos entrarán de seguir disfrutando durante horas de su maravillosa stout, puede, y solo puede, que sea el momento de salir y bajar Fleet Street dirección West End. Aunque a izquierda y derecha nos aparecerán muchos pubs que antes o después tendrán su entrada en pintofcarlingplease (casi todos son maravillosos), para esta primera excursión merece la pena andar un pelín más y llegar casi al final de la calle hasta el Old Bank of England, poco antes de Royal Court (que, no se si lo he dicho ya antes, pero es uno de mis edificio favorito de Londres).

Y sí, efectivamente, cuando llegamos al pub y levantamos la vista, vemos que, como su nombre indica, ese monumental edificio blanco tiene pinta de… banco, pero de los de antes: recuerda al propio Bank of England (no muy lejos) o, aquí en Madrid, la antigua sede del Banco Central o la de Banesto. De hecho, el edificio se construyó originalmente en 1888 para dar sede a una de las sucursales del banco, en concreto la que estaba ligada al juzgado… y curiosamente para ello tuvieron que cerrar (y desplazar) otro pub que ahora se encuentra muy cerquita, The Cock, y que ya llevaba allí desde tiempos inmemorables (que no cunda el pánico, tendrá su entrada también :D).

El caso es que hace pocos años, en 1995, los chicos de Fuller’s decidieron que el edificio bien merecía la pena para montar su pub estrella y, en consonancia, se gastaron un auténtico dineral en redecorar lo que en aquel momento era un raído local… y de eso, a lo que es hoy. Un sitio al que, para empezar, da bastante reparo entrar ya que desde fuera, más que un pub, parece un club selecto de caballeros ingleses, con su antorcha encendida incluida (aunque lo pueda parecer, no exagero), su reja de bronce señorial, etc etc etc. Superado este primer obstáculo subimos unas escaleras y ya estamos dentro: la foto habla por mí.

La barra habla por sí sola...

¿Qué decir? Pues que se trata de un palacio, ni más ni menos. Con unos techos altísimos, tapices, cuadros y frescos y, en definitiva, una decoración muy recargada (nadie diría que sólo tiene diez años), llena de lámparas con damasquinados, dorados, etc. La barra central es una auténtica joya ella sola: echa de madera (madera de la de verdad), es un auténtico trabajo de artesanía que ni me quiero imaginar el potosí que ha tenido que costar, y que, todos los comensales, agradecidos aporreamos al ritmo de una nueva pinta…

El pub tiene dos plantas, aunque la que cuenta de verdad es la de abajo. A la de arriba subiremos para ir al servicio (varias veces, pues de lo agustito que vamos a estar nos vamos a tomar unas cuantas pintas) y para hacer fotos del local desde allí…lástima que me saliesen un poquito desenfocadas:


¿Y en lo que refiere al pub propiamente dicho, qué? Pues pocas pegas que poner, la verdad. Música a ratos, pero siempre muy de fondo. Cervezas, las típicas y todas las de la gama Fuller’s. De hecho, el pub pertenece a la brewery Fuller’s, la brewery londinense por excelencia. De todas las pequeñas cerveceras que existían en Londres hace cien años, Fuller’s es la que más ha conseguido consolidarse, con algunas cervezas realmente exquisitas y presencia a lo largo y ancho del país. A destacar la London Pride, la que es mi bitter favorita y también de la mayoría de los londinenses (su lema es “Proud of your Pride”), y, por sí sola, un motivo para ir a Londres. Y es que tirar de pintas de London Pride toda una tarde… sin las burbujas empachantes de la Lager, y sin la pesadez que empieza a provocar la cuarta de Guinness… vamos, que no quiero poner los dientes largos, pero London Pride (o las tropocientas bitter similares que hay en todo el UK) es la opción. Y que no asuste a nadie el echo de que se tome un poquito más tibia de lo normal!

Por cierto (creo que viene a cuento), he descubierto recientemente que en el Moore’s, en Madrid, al lado de la Plaza Mayor, ponen London Pride de barril (teníais que ver mis lágrimas de ilusión y la cara de espanto de mi novia)… es el único sitio fuera del Reino Unido que conozco que la pongan, aunque supongo que habrá muchos más. Aquí es cuando los que sepáis dónde la ponen también me metéis un comentario chulo en el pintlog, please.

Superado el inciso, además de la LP recomiendo probar de Fuller’s la ESB (similar pero ligeramente más fuerte) y la Golden Pride (cerveza parecida a las belgas de Abadía que, con sus 8.5º de nada, es generadora de estropicios a poquito que nos despistemos). Aunque lo elegante, al menos la primera vez, es ir de medias pintas y probarlas todas (la gente nos mirará raro, pero no nos importa, somos españoles :D).

Respecto a otros aspectos:

- Comida: ok, aunque quizá algo más cara de lo recomendable. El “pie” (pastel) con cerveza es de lo mejorcito de la carta.

- Gente: de todo tipo, aunque predominan los ejecutivos de la city, sobre todo a partir de las cinco de la tarde, hora en la que salen en manadas de sus respectivas oficinas (ejecutivos? Cinco de la tarde? efectivamente: para echarse a llorar aquí en España). También suele haber bastantes turistas. En cualquier caso, el sitio es tan grande que es muy fácil encontrarse un rinconcito en el que estar muy a gusto.

- Trato: exquisito. Todos los empleados van con el uniforme de rigor, pero, aparte de eso (que no tiene por qué ser necesariamente malo), las tres veces que he estado me han tratado excepcionalmente, incluso ofreciéndose a hacernos fotos sin que se lo pidiésemos nosotros… chapeau.

- Precio: sorprendentemente ajustados. No es un sitio especialmente barato, pero tampoco es caro, y, teniendo en cuenta el sitio, incluso se me hizo bastante económico, la verdad.

Y entonces… ¿cuáles son las pegas? Pues cuesta encontrarlas, la verdad. Quizá al ser tan grande y con los techos tan altos no genere una auténtica sensación de pub, de recogimiento… aparte de eso, y de que a según que horas se pone de bote en bote, el único problema que le veo (y esto es un insider tip) es que, como PRÁCTICAMENTE TODOS los pubs de Fleet Street cierra los domingos, y, como MUCHOS de esos mismos pubs, cierra también los sábados. Esto es la city, gente, y está pensado para que lo disfruten los que se la curran, no los que vienen a hacer fotos. En cualquier caso, es bastante deprimente, porque uno normalmente tiene ocasión de ir a Londres en fin de semana y es precisamente en esos días en los que no puede disfrutar de su mejor calle de pubs… afortunadamente, el Cheshire sí abre los sábados (cierra domingos).

Terminando, y en cualquier caso y de tanto hablar de Fullers, no quisiera dar la impresión de que se trata éste de un pub franquicia (habrá varias entradas sobre ellos) estilo Weatherspoon, Scream o similares… al igual que el Founder Arms, se trata en definitiva de un pub que una brewery de prestigio ha decidido remodelar, redecorar y hacer más agradable. Y nosotros que se lo agradecemos!!!

Alejandro "Carling" y el amigo Chaparro, tomando unas pintas de Pride