lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!!!

Un abrazo a todos!!!

The Dickens Inn

St. Katharines Way, Wapping, London, E1W 1LD

La frontera de la City londinense queda delimitada en el este por unos cuantos de mis sitios favoritos de la ciudad: (de norte a sur) el edificio Lloyd’s (que además es el centro neurálgico del principal centro de negocios mundial relacionado con los seguros), Leadenhall Market, la Tower of London y Tower Bridge y, justo en frente, St Katharine Docks… que es donde se ubica el pub en cuestión.

St Katharine fue mi primer gran descubrimiento en Londres, más allá de lo típico de las guías: un sitio del que no esperaba nada en absoluto (de hecho pasé por allí por casualidad), sobre el que no había leído nada antes en ningún sitio y que resultó ser una gratísima sorpresa. Un poquito de historia: construido a comienzos del siglo XIX, fue durante mucho tiempo uno de los principales (si no el principal) puerto de mercancías de Londres, si bien tras la reestructuración de la ciudad y los daños que sufrió en la Segunda Guerra Mundial en la actualidad es un pequeño distrito residencial en el que, 100% seguro, a nadie le importaría vivir… especialmente en The Ivory House, donde quedan pisos a la venta que, muy mucho me temo, no nos podemos permitir ninguno de los que nos arrejuntamos por aquí (a partir del millón de libras): una lástima.

Vivir aquí?? Ojalá...

Lo cierto es que en los últimos años St Katharine ha ido adquiriendo un toque algo más turístico de lo que había sido siendo lo tradicional, y eso ha derivado en la apertura de bastantes sitios para “guiris”, donde en este caso los guiris somos nosotros (bueno, en el fondo eso va radicalmente en contra de lo que yo siempre he venido sosteniendo: que un guiri es rubio, sonrosadito y habla con acento raro, y que de acuerdo con esa definición nunca podremos ser guiris). El caso es que hay un “maravilloso” starbucks, un sitio para hacer cenas medievales horteras, bastantes tiendas de ropa, jotyas, etc… y, cómo no, The Dickens Inn.

No nos llevemos a engaño: el Dickens está en consonancia con la zona en la que está y, como tal, es un sitio para turistas. No tiene una gran historia (apenas 25 añitos, antes era una pequeña brewery de la que recuperaron buena parte del edificio, y antes aún un almacén de especias, del que por lo visto no queda más que el recuerdo) a pesar de que parezca muy antiguo, y por tanto no se puede decir ni que hayan pasado personajes históricos por allí, ni que aparece en tal libro, ni nada por el estilo (ni que decir tiene que Dickens no era uno de su contertulios habituales). Para redondear la jugada, los precios son bastante caros… entonces, con todos los sitios que hay en Londres… ¿por qué esta entrada en pintofcarlingplease?

Pues porque es muy bonito. Y santas pascuas. Desde fuera, cuando está lleno de flores y jardineras y el sol brilla, es, sin lugar a dudas, el pub más bonito que yo he visto en Londres (y por extensión, el más bonito que yo he visto). Y por dentro no está nada mal: todo en madera envejecida, con unos sofás chulísimos, y además es muy muy grande. Tiene tres plantas: la del pub propiamente dicha, que es la de abajo (The tavern bar) y la que en el fondo nos preocupa. Además tiene el Pizza Restaurant, en la primera planta, el Dickens Restaurant, en la segunda, y una zona vip, también en la segunda, para organizar reuniones de empresa y tal. En el pub, en la primera planta, se puede comer también, pero lo cierto es que la comida es infame, sobre todo si tenemos en cuenta lo que cuesta, así que nada de ponerlo en nuestra ruta gastronómica personal. En cualquier caso, el menú aquí.

Respecto a las cervezas, tienen de todo un poco, las típicas de por allí (Carling, Guinness, etc.etc.etc.) y algunas real ales. Recomendaciones: quedarse a mitad de camino entre las dos opciones y tirar de London Pride (4.4º), que nunca falla (hablaré largo y tendido de este elixir de los Dioses del Olimpo cuando hable de algún pub de Fuller’s, estén ustedes atentos), o probar una buena pinta de Bombardier (4.3º), ligeramente más amarga pero en la misma línea. Eso sí, hay que estar dispuesto a pagar más de 3 libras por cada pinta (lo normal en London Pride es 2.20), por lo que se trata de un sitio para parar, tomarse una, hacer las fotos de rigor y largarse a otro lado a emborracharse… ahora, eso sí: las vistas de los Docks desde dentro, si encontramos una de esas ventanas en forma de ojo de buey gigante... impagables:


Por último, tengo entendido que por las noches se reconvierte en un sitio de fiesta con tropocientas mujeres con ganas de vicio… una leyenda urbana, seguro ;)

sábado, 15 de diciembre de 2007

Pub Crawl


El primer concepto “inglés” que tuve la oportunidad de conocer durante mi estancia en aquel país fue, cómo no, el de pub crawl (según la wikipedia, con más de cien años de antigüedad). Que, por otro lado, me viene que ni pintado para introducir la primera entrada del blog que no está directamente relacionada con un la descripción de un pub… de hecho, trataré de ir tratando, además de descripciones de pubs en Londres y del resto del UK que me han gustado, temas como cervezas, breweries, tradiciones típicas relacionadas con el bebercio, etc. etc. etc. Así le damos un poco de color y dejamos de parecer una guía Michelín a lo pobre.

Carling, que divagas. Pub crawl. Curiosa costumbre, esta. Lo primero de todo: tal y como me la describieron en su día mis compañeros del equipo de canoeing de la universidad, hay que diferenciar entre una pub crawl y una PUB CRAWL.

Según ellos, una pub crawl consiste en algo tan sencillo como en encadenar una serie de pubs, tomando pintas de cerveza en cada uno de ellos. Vamos, básicamente lo mismo que irse de cañas en España, pero sustituyendo el pincho de rigor por una consumición mínima de 568 ml (una pinta).

Sin embargo, y de nuevo, según estos sabios, una PUB CRAWL como The Queen manda debe de seguir las siguientes normas:

- Empieza a las seis de la tarde y termina a las 11 (cinco horas)
- En cada pub se está media hora
- En cada pub se consume una, y sólo una, pinta de cerveza (el tipo, a elegir)

Por temas de eficiencia, lo mejor es que los diez pubs estén lo más cerca posible, ya que la tarea de beberse 5,8 litros de cerveza en cinco horas requiere de toda técnica de optimización que sea posible.

Sólo tuve oportunidad de participar en una PUB CRAWL (en muchas pub crawl, eso sí), y puedo garantizar que la experiencia es curiosa. En ocasiones, alguien del grupo se pone a cantar una canción (no recuerdo cómo es, alguien puede ayudar?) y todo el mundo tiene que terminar lo que tenga entre manos… típicamente esto se hace cuando se ve que alguien va muy rezagado, y se le quiere acabar de hacer polvo. Cuando alguien no puede seguir (esto es, sustituye la pinta de rigor por la media pinta) ya no puede volver a la pinta en el pub siguiente, y tiene que seguir con ese ridículo vasito mediterráneo. Es la forma de diferenciar a los machos dominantes de los mariquitas de todo grupo crawling que se precie…

Os muestro la ruta que hicimos en aquella ocasión (había otra alternativa que yo no llegué a hacer en paralelo al Kennet channel):

1. Back of Beyond
2. The warwick
3. The outlook
4. ha ha!
5. 3Bs
6. O'neills
7. Monk's retreat
8. Hobgoblin
9. Purple Turtle
10. Pavlov's Dog


(No sé por qué se ve tan mal la imágen, intentaré arreglarlo)

En cualquier caso, la costumbre está bastante extendida. Lo habitual es empezar una PUB CRAWL y que esta se termine convirtiendo en una pub crawl en su lugar, porque cuando estás en el tercer o cuarto pub te das cuenta de que estás un poco harto de pasear y lo que te apetece es tomarte otra en el sitio, y más tranquilamente… y ahí degenera la cosa. De hecho, en la residencia en la que estuve yo alojado (Sibly Hall) la primera actividad “extraescolar” que organizaron fue una mini pub-crawl para que conociésemos mejor los “mejores pubs de Reading” (obviamente estaba subvencionada, ya que nos llevaron a unos antros terribles). Curiosa actividad extraescolar, sobre todo si pensamos que estaba dirigida a estudiantes de primer año y que muchos de ellos tenían 17 tiernos añitos…

¿Algunos consejos?

- Si se trata de una PUB CRAWL, tomárselo con filosofía y asumir que lo normal en países civilizados es no ser capaz de beberse las diez pintas. Una retirada a tiempo es una victoria, y, en el fondo, se lo pasa mucho mejor el que se retira en el quinto pub que el que se retira en el noveno…

- En invierno salen mucho mejor que en verano: el frío que se pasa entre pub y pub despeja de
lo lindo y ayuda mucho a que el alcohol no haga más pupita de lo necesario.

- No seamos machotes, seamos inteligentes. Matemáticasimple: Carling: 4.1º. Stella: 5.2º (por
algo la llaman la “maltratamujeres”). Así que diez pintas de Stella son el equivalente en alcohol a 12.7 pintas (7,2 litros!!!) de Carling... así que nada de “matar mujeres” y a ceñirse al nombre del mejor blog del mundo mundial: “pint of Carling, please!!!”.

NO MOLA!! SI MOLA!!

- En línea con lo anterior, no pidamos cervezas con graduación muy baja (por ejemplo John Smith’s, 4º) que sean muy consistentes, porque acabamos empachados y parece que nos hemos ido de cena en vez de cervecitas en cuanto llevamos tres.

- Y de nuevo en línea con lo anterior, seamos listos y hagamos una comida copiosa. Son cinco horitas con el estómago vacío, y palabra de honor, no os pondrán kikos en ningún sitio...

Para terminar, os presento a los tres campeones de la PUB CRAWL en la que tuve la oportunidad de participar como oyente (el de la izquierda es Ashton, capitán del equipo y campeón aquel día)...


Pero vamos, el mejor consejo posible sin lugar a dudas es disfrutar de las cerveza, hacer al menos una PUB CRAWL con ingleses, y para pasar el rato dejarlo en pub crawl a secas y siempre y cuando el hígado aguante, por que las cogorzas suelen ser de cuidado… se me olvidó decir que “crawl” significa gatear en inglés? ;)

martes, 11 de diciembre de 2007

Un castillo como pocos en el East End: The castle


44 Commercial Road, E1 1LN

El east end londinense es una región que, a diferencia del west end, que más o menos se identifica con una zona bastante concreta y de características determinadas, se extiende a lo largo de bastantes kilómetros y paisajes urbanos. Así, el escenario que nos podemos encontrares bastante heterogéneo: desde el gran distrito financiero que es Canary Wharf a zonas residenciales más o menos tranquilas en Charlton, pasando por los exóticos St. Katharine Docklands (cerca de Tower Bridge), por la siempre bohemia Brick Lane o por la zona del más famoso destripador de la historia, Whitechapel, que por otro lado no está demasiado lejos de la City.




Esta última región, Whitechapel, ha venido siendo tradicionalmente una de las más degradadas de todo Londres, ya desde la época de Jack (por cierto, maravillosa aproximación de ficción al personaje aquí). Como decía Engels,
El East End de Londres es un pantano cada vez más extenso de miseria y desesperación irremediables, de hambre en las épocas de paro y de degradación física y moral en las épocas de trabajo. La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1892
Aunque los fumaderos de opio y la prostitución se ha ido más o menos erradicado con el paso de los años, el trapicheo sigue siendo una tradición local y la suciedad y degradación de las calles una nota común. A ello hay que añadirle el hecho de que en la segunda parte del siglo, y muy especialmente en los últimos veinte años, la zona ha sido tomada casi en su totalidad por inmigrantes procedentes de países como Pakistán o Bangladesh. Mi hermano estuvo bastantes meses viviendo por allí (cerca del metro de Shadwell), y puedo asegurar que es bastante complicado encontrar occidentales por la calle, por lo que el choque cultural (comercios, bares, mercados en la calle, gente rarísima y muy introvertida al lado de pakis que se creen recién salidos del Bronx, etc.) es bastante chocante. Aunque a lo largo de los últimos seis meses están intentando limpiar la zona para que parte de los ejecutivos de Canary Wharf se alojen por allí, lo cierto es que no es un paraíso ni muchísimo menos. Es por ello por lo que un sitio como The Castle llama aún más la atención.

¿Qué tiene de especial este pub? No es desde luego la comida (de hecho, no se sirven comidas), ni tampoco la existencia de un rango exorbitado de cervezas (Carling, Guinness, Carlsberg, John Smith y Stella, básicamente, aparte de algunas otras embotelladas). Los precios no son caros, pero tampoco llamativamente baratos… entonces… ¿por qué esta entrada aquí?

Por varios motivos. Lo primero, y de acuerdo con lo que explicaba antes, porque es el único pub típicamente inglés en varios kilómetros alrededor que no tiene algún rollo raro (The George, por ejemplo, que está bastante cerca y que, aparte de servir una guinness infame, estamos convencidos de que es un puticlub a partir de las 11, o The old house at home, en el que todos los abueletes estaban o tenían pinta de estar absolutamente chiflados las dos veces que he estado allí).

Sólo eso es ya un gran motivo para tener una entrada en el blog: un pub normal en esa zona. Pero es que, además y sobre todo, no es un pub normal: la atmósfera que transmite es formidable. La música es muy variada y al volumen justo, incluso con DJs en algunas ocasiones, pero siempre formidable (pop rock inglés, folk y hasta drum&bass en algunas ocasiones). Además, algunas veces hay conciertos de música tradicional, lo cual no es excesivamente habitual en Londres y desde luego notablemente excepcional en estos lares. Todo ello gira en torno a una chimenea casi siempre encendida y calentando que está rodeada por unos sofás de cuero negro de los que tú también querrías tener en tu salón. Y, para acabar de cerrar el círculo, la decoración es muy chula, con maquetas, juguetes antiguos y demás aparejos colgando del techo o en estanterías.

The George, un "puti"

Si a ello le añades gente amigable, barmans muy atentos y agradables (una de las camareras, rubia y bastante buenorra, es española aunque no lo parezca, y debe llevar varios años ya trabajando allí; eso sí, tiene novio, o por lo menos la última vez que anduve yo por allí, pero por lo demás es majísima) y una planta arriba con dos billares, un futbolín gratis y una máquina de dardos. De hecho, como lo único que hay arriba son estas cuatro cosas, la gente no suele subir a no ser que sea para jugar (arriba la música es distinta, más comercial), por lo que es un sitio inmejorable para jugar al billar. Además (y este es el típico insider tip), una de las dos mesas tiene debajo de la caja un agujero por el que es posible coger la moneda de una libra que cuesta la partida… de hecho, es el único billar gratis en el mundo que conozco :D (esperemos que siga siéndolo en tanto y cuanto ningún responsable de The Castle sepa español).

Mi brother encantado aunque pierda: es gratis!!!

Y por si fuera poco, tienen el buen sentido del gusto de echar dos partidos de fútbol de la liga española (“La Liga”, como lo llaman ellos) todos los domingos. Así que, aparte de unos servicios algo más limpios y de, por pedir que no quede, pintas de ginness a 95 peniques… qué más se puede pedir?!?!?!?

domingo, 9 de diciembre de 2007

Un lugar para el retiro en Reading: The Retreat


St. Johns Street, Reading, Berkshire, RG1 4EH

Momentáneamente salimos de Londres para irnos a Reading (pronunciar "Reding"), ciudad de unos 150.000 habitantes que, además de tener el honor de alojar al aquí presente durante un año como Erasmus, puede ser más o menos conocida por su equipo de fútbol (su tercer año en la premier), por sus distintas multinacionales del sector IT (entre otras, tienen su principal sede europea allí tanto Oracle como Microsoft) o incluso, lo cual sorprenderá a alguno, por ser la ciudad con mayor renta per cápita, Londres aparte, de toda Inglaterra (The economist n. 8557, p.28). Aparte de eso, tiene una maravillosa universidad, lo cual implica un notable surtido de pubs y clubs (los primeros dedicados en muchos casos a cadenas como wetherspoon, scream, etc., de las que hablaré en otra entrada) fundamentalmente orientados a estudiantes, esto es, alcohol barato y música de desmadre. The Retreat es un maravilloso oasis en ese escenario...
El pub está razonablemente cerca del centro, en mitad de una calle anodina y perfectamente camuflado entre los edificios de su entorno. De hecho, es realmente fácil pasarlo de largo si no va uno buscándolo... ¿qué nos encontramos dentro? En primer lugar, el dueño: un tipo de unos sesenta años, con una barba amish, y un aspecto pintoresco donde los haya. Ayudado por la que seguramente sea su mujer, la forma más fácil de conseguirse una enemistad perpetua es pedir una pinta de Carling, Fosters o similar... y es que en el Retreat, aunque tengan también estas cervezas, nos estamus confundiendo si es que es eso lo que vamos a probar...
En la segunda estancia del bar, son no menos de diez los barriles del año cuarenta antes de mahoma los que se apilan, con un pequeño cartel describiendo el nombre de la cerveza, el tipo (del cual no hay que fiarse nunca) y la graduación. ¿Lo mejor que se puede hacer en estos casos? Tirar del carro, como Raúl el del Madrid, y pedir un vaso de muestra... una especie de chupito de la cerveza que nos ahorrará, en el caso de que no nos guste, el tener que soportar la penitencia de la pinta entera. Y hacedme caso si os digo que es muy probable que no os guste casi ninguna de las cervezas que tienen: son todas breweries locales, de su padre y de su madre, y parece que están realmente pensadas para los paladares más british posibles...
Creo que se me olvidaba decir por qué incluyo el sitio en la lista... jejeje, está claro: beeeeeeeeeeeeeer. Además de los citados barriles, tienen una guinness que está siempre en perfecto estado, un par de grifos de Erdinguer (de trigo, rubia y negra) así como las típicas: john smith, etc. Probablemente este pub tenga más variedad de cervezas el solo que el resto de pubs de "fin de semana" juntos, aparte de una colección de botellas de lo más interesante también.
¿Qué más? Una mesa de billar, un jukebox y un pequeño patio al final donde fumar... y una parroquia pintoresca donde las haya. La mayor parte de la gente pasa de los cuarenta, y, a diferencia de lo que sucede en la mayoría del resto de los sitios, es notablemente sociable. No debiera extrañar a nadie que, al escucharle hablar en inglés, se le acerque algún guiri de sesenta años comentándole que estuvo veraneando en Nerja o que tiene un chalecito en torremolinos... incluso tengo entendido que hay quién conoció a todo un bluesman que veraneaba en málaga y, tras una serie de invitaciones y contrainvitaciones, se acabó llevando a los dos alcohólicos españoles a su casa a preparárles un risotto de campeonato, beber unas botellitas de vino y tocar un poquito con su guitarra... un saludo desde aquí, Stu!!! (y Gilbert, claro está!).
En definitiva, un gran sitio para ir a probar cervezas, despejarse un poco, ahorrarse borrachos y hooligans y, sobre todo, sentirse en un pub del montón... tal y como debían ser hace cincuenta años.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Founders Arms: la terracita por excelencia



¿Cuantas veces no habremos pasado por delante de un sitio más o menos turístico, en una ciudad que no conocemos, y hemos dicho: qué agusto se debe estar ahí tomando una cervecita...? Al final no nos sentamos, claro, porque pensamos que nos van a clavar, y normalmente la economía de guerra del turista no está para ese tipo de tonterías. Mejor no cometer ese error con el Founders Arms.

Y es que el Founder tiene una ubicación privilegiada: en la misma rivera del Támesis, justo al lado del Tate Modern, enfrente de St. Paul y a lado del Globe (un teatro un poco "cartón piedra" que recrea los que existían en la época de Shakespeare y en que, de hecho, sólo se representan obras de este autor). De cine, vamos, sobre todo si el tiempo es agradable y se puede disfrutar de su terracita, justo al lado del río.


¿Qué nos ofrece este sitio? Muchas cosas... La primera de todas, lógicamente, las vistas. Tanto en la propia terraza (que cuando refresca en invierno dotan de unas estufas y de unas hogueras especialmente vistosas, sobre todo por la noche) como dentro, ya que el pub está lleno de ventanas por todos los sitios, lo que hace que la iluminación sea resplandeciene (siempre y cuando sea de día, claro está).
La segunda, lógicamente, es la cerveza. El Founders Arms es un pub "franquicia" de una brewery, esto es, el pub sólo ofrece cervezas de una determinada brewery y comparte algunas características en común (carta, decoración, etc.) con otros pubs de la misma. En este caso, la agraciada es Young's, una brewery de las "clásicas" en todo el UK que tiene marcas muy conocidas (allí, claro!) como Young's bitter, Sephard's Name o Courage Director's bitter. Si queréis mi opinión: la Sephard's y la Courage son quizá demasiado amargas para alguien que no esté demasiado habituado a la típica cerveza inglesa, por lo que recomendaría la Bitter (aviso a navegantes: para el que no esté al tanto, "bitter" significa amargo en inglés... así que no nos llevemos a engaño). En cualquier caso, y para los que no disfruten de la cerveza de las islas (sabor amargo, poco gas y más bien tibias), en el Founders tienen también todas las clásicas: Carling (jejeje, os podéis imaginar que es mi recomendación), Fosters, Guinness, John Smith's, etc etc etc.
La tercera, y la que más me llamó la atención, es la comida (menú aquí), o, mejor dicho, las hamburguesas. Porque los sandwiches son lamentables, y el combo de salchichas da risa... pero, hay amigo, las hamburguesas. Ponen dos distintas: la hand made (que es la normal) y la Tower 42. Las dos son excepcionales por la calidad de la carne: está deliciosa... sabe a carne de verdad, nada que ver con el Mc Donald's o historias similares. Y os lo dice alguien que la última vez que estuvo (cinco días) se alimentó integramente, desayunos aparte, de hamburguesas de la pérfida albión. La Tower 42, eso sí, es un monstruo considerable... cuesta digerirla de lo lindo. Aquí os la presento en sociedad :D:


¿Más cosas a destacar? Música agradable (aunque no siempre), velitas cuando se hace de noche en las mesas, camareros bastante agradables (aunque lentos, lo cual puede ser desesperante si váis un fin de semana, que suele estar atestado por lo estratégico del sitio)... ¿Pegas? Lo dicho, a veces está hasta arriba de gente. Y los precios no son demasiado ajustados: las pintas están en torno a las tres libras, y la comida, como podéis ver en el menú, no es especialmente barata. Ahora, eso sí, son euros bien invertidos, sobre todo un domingo, después de darse un paseo por el Tate, y tras decidir que uno está un poco harto de andar y andar por Londres y que lo que le apetece es sentarse al sol y tomarse cuatro o cinco pintas viendo a las gaviotas sobrevolar el río, charlando y zampándose una buena zamburguesa... la mejor terracita de Londres... probablemente!!!

A mi pinta de Young's también le mola que le de el sol de vez en cuando!!!

La catedral: Ye Olde Cheshire Cheese


145 Fleet Street, City of London, EC4A 2BU

Fleet Street es una calle que va desde St Paul (al principio se llama Ludgate Hill) hasta The Royal Courts of Justice, un edificio impactante que a casi todo el que conozco le recuerda a un Exin Castillos la primera vez que lo ve. La calle y sus traviesas, que antiguamente recogían lo más granado de la prensa y de la imprenta londinense, se caracterizan a día de hoy por recoger algunos de los (para mi) mejores pubs de Londres… o al menos, de los que tengo el gusto de conocer. Y, sin lugar a dudas, The Olde Cheshire Cheese se lleva la palma como mi favorito.

¿Por qué? Unas pistas:


1. Es antiguo, y lo parece. Hay muchos pubs que parecen antiguos y no lo son. Y otros muchos que lo son, y no lo parecen. Este conjuga ambas cosas, y te hace sentirte, si vas un día que no esté demasiado lleno de gente, realmente como si estuvieses un par de siglos atrás.

2. Tiene cinco plantas distintas y, aunque hablar de cinco ambientes sería exagerado, si que es verdad que cada una tiene su punto… yo, personalmente, prefiero o la de la entrada a la derecha, con su chimenea en invierno, o la de más abajo. No todas están abiertas siempre, no obstante, y a veces alguna de las de arriba las reservan para fiestas privadas.

3. La cerveza. Solo ponen distintos tipos de cerveza Samuel Smith, una pequeña brewery local de Yorkshire que se caracteriza por la excelencia en todas las variedades que fabrican y que, además, es muy difícil encontrar fuera (y casi diría dentro) de Londres e imposible fuera de Inglaterra. Así que si se quiere beber cerveza “típicamente inglesa”, esta es la opción.

4. Los precios. Prácticamente todas las cervezas cuestan menos de dos libra la pinta, lo cual, teniendo en cuenta que el sitio es bastante conocido y su ubicación, es casi milagroso. Aparte de eso, los precios son curiosos (1.97, 1.83, etc.).

Aparte de por lo de arriba, este pub es mi favorito por otras muchas cosas que es difícil explicar… impagable fue la primera vez que estuve allí, con mi hermano, estar rodeado de abuelotes con sus abrigos y trajes a medida, fumando en pipa (not any more since july 2007) y dando un ambiente decadente Sherlock Holmes al local absolutamente fuera de serie. O por la música en vivo. O por (lo he dicho ya antes?) la chimenea en invierno…

Sobre la comida, no puedo opinar, aunque la carta me pareció algo cara para lo que ofrecía. Sobre la cerveza, a parte de lo ya comentado, una recomendación: pedid una stout. La Samuel Smith stout es parecida a la Guinness bien tirada, a se posible en Dublín, pero más ligera y cremosa a la vez (no me preguntéis cómo es esto posible). Si no os gusta este tipo de cerveza, a los lugareños les chifla la de trigo (wheat beer).

¿Y la música? Pues no hay... lo cual cada uno lo interpretará como quiera. Yo soy de los que habitualmente disfruto mucho más un pub cuando tiene música que cuando no la tiene, pero también soy de los que creo que, si hay gente, conversaciones de fondo y una buena chimenea, y, sobre todo, si estás muy agusto con la persona con la que estás, la música puede ser prescindible. En este caso, para mi está bien como está... amén de que en ocasiones sí que suena algo, eso sí, en vivo.

Por último, y a modo de curiosidad, por lo visto son unas cuantas las figuras históricas que han pasado por allí… entre ellas Conan Doyle: será un error decir que el Cheshire es sherlockiano y, en su lugar, sería lo correcto decir que Sherlock era “cheshiriano”? Eso, amiguitos, nunca lo sabremos… :D

Mi hermano, disfrutando del Cheshire (la foto la hice yo)