domingo, 17 de febrero de 2008

Reading Beer and Cider Festival: un puente de mayo por todo lo alto

¿Por qué conformarse con cuatro grifos, si puedes tener cuatrocientos? Bajo esa máxima, anualmente se celebran a lo largo del Reino Unido unos cuantos festivales de cerveza de lo más apetecibles... yo tuve la suerte de estar en uno de ellos, hace ya casi cuatro años, y ciertamente son una de esas cosas que todo fan de la cerveza debe hacer al menos una vez en la vida. Y, si es posible, en el de Reading.

Pero vayamos por partes. En primer lugar, este tipo de eventos, en el UK, los suele organizar CAMRA (Campaing for Real Ale). CAMRA es una asociación con más de 85.000 voluntarios (sí, están locos estos romanos) que se dedican a velar por la calidad de la cerveza, de los pubs y de los consumidores (de las dos anteriores). Surgió cuando algún chalao se dio cuenta que la proliferación de la Carling, la Foster's o la Guinness podrían acabar con la "gran riqueza cultural" (sic) que implicaba la cerveza tradicional en el UK. Y puede parecer una tontería, pero ahí siguen, dando guerra, controlando los niveles de calidad de las distintas ales y pubs y generando sellos de certificación y, en definitiva, haciéndonos un favorcillo a todos los amantes de la cebada tratada.

Y resulta que una de las mejores ideas que tuvieron para promocionar la cerveza inglesa fue la creación de festivales. Todos los años hay un megafestival en Londres, que suele durar cuatro días, y aparte de él las delegaciones locales de CAMRA en cada ciudad más o menos importante organizan el suyo propio. La asociación de Reading, que es la que aquí compete, suele organizarlo en mayo...

... y allí estaba yo entonces, sin tener ni puñetera idea de todo esto, pero dispuesto a disfrutar como un enano del festival. Sencillo de organizar, por otra parte: una mega carpa a lo oktoberfest, un montón de bancos para sentarse, servicios a tutiplen (lógico), y cuatrocientos o más distintos tipos de cerveza de barril para hacer las delicias del personal. Entrar cuesta algo así como 5 libras, y te da derecho a un vaso de pinta (te devuelvene 3 libras si lo dejas al final, pero no compensa, ya que es un recuerdo de lujo) y un folleto con todas las cervezas que tienen, y una breve descripción de cada una.

Lo primero que llama la atención es la disposición. No hay una barra única, en la que se pida, sino que toda la carpa está rodeada por un montón de stands en lo que lo único que hay es seis o siete barriles y una persona que atiende. Esa persona es el delegado de la brewery en cuestión, llámese Fullers, Youngs, o tantas otras. Tú vas para allá, pides media pinta (este es el único lugar del UK donde está bien visto pedir medias, ya que es la única forma de degustar una cantidad respetable), pagas (chicos, vuestro gozo en un pozo: no es barra libre, aunque los precios están bastante ajustados, entre 1.90 y 2.50 por pinta, la mitad por media), pruebas, le dices al de la brewery que está de puta madre (aunque sepa a ratas) y te vas a tu banquito con los amigotes a degustar y a comparar con la que ellos han pedido.

- Oh, sí, esta está riquisima.
- Esta aún mejor, sabe afrutada y con una pizca de no sé qué.
- Chicos, esta no la podéis dejar pasar. Aroma de caoba del güeno.

y así, un montón de tonterías y estupideces semejantes por parte de los cuatro o cinco españolitos de rigor que no teníamos, ni tendremos, ni puñetera idea de cervezas ni de cómo diferenciarlas. Pero eramos felices, eso sí...

¿Trucos? Los típicos del español: acercarte a un stand, poner cara de dubitativo, no sé si me gusta más esta o aquella... al final te invitarán a cuarto de pinta de dos o tres, ya que al final de lo que se trata es de promocionar su birra concreta. ¿Cutre? Bueno, el hambre agudiza el ingenio... Otro truco es ir el jueves (el festival va de jueves a domingo), ya que de muchas cervezas llevan sólo unos pocos tipos, y para el sábado suelen haber arrasado ya los vikingos, amén de que normalmente el jueves y el viernes hay mucha menos gente. Por otro lado, cuando yo estuve cerraba a las 11, pero no sé si con la creciente liberalización de horarios la cosa habrá mejorado... y, por último, destacar que las semanas de después al festival muchos pubs hacen "post-festivales", ofreciendo mucha más variedad de ale de lo que suelen hacer en circunstancias normales.

Desgraciadamente, perdí el vaso (me lo birló algún compañero de residencia). Recuerdo que probé unas cuantas stout y alguna porter, y que me supieron todas riquísimas. También recuerdo que la comida era bastante regulera. Y acabo de mirar, y este año en Reading el Festival coincide con el puente de Mayo. Los vuelos están ya por las nubes, pero... quién sabe?

viernes, 1 de febrero de 2008

Ye olde Cock Tavern: un grande venido a menos


22 Fleet Street, London, EC4Y 1AA

Back to Fleet Street, y, recordemos, evitando los domingos, tenemos la tercera opción marca de la casa tras darnos al vicio en el Cheshire y en el Old Bank: Ye olde Cock Tavern.

La historia de este pub es curiosa: su ubicación original, que data del siglo XVIII, se encontraba en el otro lado de la acera... Los antiguos propietarios fueron expropiados, para montar el edificio en el que iría una sucursal del Banco de Inglaterra... y que finalmente acabó convirtiendose en un pub, el maravilloso Old Bank. ¿Conclusión? Dos por el precio de uno... en 1887 montaron el nuevo edificio, que se quemó parcialmente en 1990, y que ha sido remodelado hace poco más de un año. Como curiosidad, destacar que el edificio es el más estrecho de toda Fleet Street.

Vale, bien, Carling. ¿Y el pub? ¿Qué tal?

Pues lo cierto es que he estado en un par de ocasiones, y nada que ver lo que fue con lo que es (antes y después de la citada remodelación). Antes era uno de los mejores pubs de Londres, al menos a mi entender: chimeneas, billar en la planta de más arriba (el pub tiene tres plantas), que además tenía una biblioteca en la que se solía estar más solo que la una. Ahora es un pub que está bien, pero sin más. Para muestra un botón, cosas que han cambiado y no debieran haber cambiado nunca:

1. El tapizado. Antes estaba sucio y tenía pinta de viejo. Claro. Era la gracia del pub: que pareciese viejo y sucio. Ahora, con su moqueta resplandeciente, parece más un Wetherspoon que un pub de la vieja City.

2. El billar. ¿A quién se le ocurrió quitarlo? Sí, ahora hay más sitio... pero el mundo es menos feliz :).

3. Las cervezas. Antes tenían más variedad, o al menos eso me pareció a mi.

4. La comida. Vale, no sé como era antes. Pero ahora es nouvelle-microwave en estado puro. No recomendable.

Y, se preguntará el lector, si tanto te quejas... ¿por qué le pones una entrada en tu blog? Pues por varios motivos. En primer lugar, para dejar claro que las remodelaciones, más siempre que nunca, suelen tender a estropear los pubs. Y en segundo lugar, porque, aunque no esté tan bien como solía estar... sigue siendo un pub excepcional!!!

La comida, como ya he dicho, es muy mala. La cerveza está bien, y los precios no son muy altos para estar en la City... aparte de Fosters, Guinness y Kronenburg, como premium ales tienen Greene King IPA, Youngs Ord and Adnams Broadside. He leído aquí que la calidad de las tres era más bien floja, yo probé la IPA y la verdad es que me supo muy rica. Por cierto, perla cervecera para los que no la conozcan, IPA viene de India Pale Ale, y es un tipo de cerveza ale pálida que se modificó en su día (finales del siglo XVIII) para poder transportarla en viajes muy largos por barco y, en definitiva, poder exportarla a las colonias. Se caracteriza por ser clarita, fuerte y bastante amarga, y las recomendaciones de Michael Jackson (aka "The beer hunter", y probablemente la persona que más ha sabido de cervezas en el mundo, y que falleció el pasado verano) de este tipo de cervezas son Fish Eye, Bombay Bomber, Hophead, Dead Horse and Bengal. La más conocida, no obstante, es la que sirven aquí, Greene King.

Bueno, pues eso, que la cerveza bien. El ambiente interesante, abre los sábados por la tarde, así que suele juntarse gente de pre-fiesta por allí. Por lo demás, al tener tres plantas y ser tan alargadod es muy fácil encontrar sitio donde sentarse y más o menos aislarse del resto del personal. El servicio yo lo recuerdo como bueno, más o menos agradable, pero lo cierto es que no había mucha gente cuando estuvimos por allí...

¿Conclusiones? Un buen pub que hace dos años era un pub maravilloso, pero que sigue siendo una escala inmejorable entre el Cheshire y el Old Bank (y que desde luego no merece la pinta de puntuación que le dan en fancyapint). Recomendaciones dos: subirse a la segunda planta, y no probar la bazofia de comida que sirven. Y beberse muchas IPA!!!

Una Adnams, una Guinness y una Kronenbourg en el Cock